martes, 14 de octubre de 2014

Calidad de Agua




Opinión
RIQUEZA NATURAL
Calidad de agua: Luis Alberto Castrellón Oller

Luis Alberto Castrellón Oller

opinion@prensa.com            

14/10/2014 - Hace cuatro años publiqué un artículo en el que comentaba que a muchos visitantes les llama la atención la cantidad de árboles que aquí crece y que denominan al país como “Panamá la verde”, en referencia a sus abundantes bosques y flora que producen precipitación pluvial y, con eso, quebradas, riachuelos y ríos con abundante agua.

Sin embargo, pareciera que los panameños nos hemos olvidado de esa característica tan evidente y permitimos que propios y extraños deforesten los bosques y acaben con la flora de forma indiscriminada, cuando enarbolan la bandera del desarrollo industrial, comercial y habitacional. No les ponemos reparos ni sanciones ejemplares a los que atentan y cometen daños y perjuicios contra el medioambiente, con la alteración del ecosistema y del patrimonio del país.

Ahora bien, ¿qué debemos hacer? Estimo que se debe revisar la aplicación de la política ambiental establecida y aplicada hasta el día de hoy, para determinar si ha sido la más adecuada y efectiva, o no. Y, de ser necesario, replantearla de manera integral, con la reforestación en las cuencas hidrográficas en cualquier lugar del país que se requiera, con variedades ornamentales o de sombra como el espavé, corotú, guayacanes y especies frutales como mango, marañón, guanábana o cacao. Todo esto permitirá que tengamos mayor precipitación pluvial, es decir, agua en abundancia.

Considero que lo más importante es que las autoridades de los pueblos, corregimientos, distritos y las provincias, así como la población en general, ejerzan una vigilancia estricta contra el uso indiscriminado de fertilizantes y agroquímicos en los márgenes de las cuencas hidrográficas.

Es inverosímil lo que ocurre con el agua del río La Villa, columna vertebral hidrográfica de las provincias de Herrera y Los Santos, y que beneficia al sector agropecuario como una región altamente productiva.

Hay que hacer un acto de contrición y corregir las fallas que se han cometido por la deforestación y el uso indiscriminado de agroquímicos que contaminan el agua, y por el vertido de cualquier tipo de desecho al río. Urge establecer un programa de limpieza y repoblación de árboles ornamentales y frutales en la ribera, con beneficios tributarios para quienes lo lleven a cabo, por la inversión que realicen con esa finalidad.

Este plan o programa se podría emular en cada provincia, lo que ayudaría a prevenir que en otros ríos ocurran contaminaciones. No podemos permitir la destrucción de nuestra propia esencia de país con abundantes bosques, vegetación, flora y, principalmente, con agua de calidad.
 
Luis Alberto Castrellón Oller
El Autor es
Ciudadano y Docente