La Prensa / Opinión
Jueves,
19 de marzo de 2015
INTEGRACIÓNCompatriotas: Luis Alberto Castrellón Oller
Luis Alberto Castrellón Oller | 19 mar 2015 - 01:24h
El término “compatriota” (del lat. compatriota), en la mayoría de los
diccionarios se define como aquella “persona de la misma patria que otra”, y
patria (del lat. patria), como “Tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a
la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y
afectivos” y “lugar, ciudad o país en que se ha nacido”.
Como se observa, patria es un concepto referente a Nación y Estado, este
último, para que exista necesita varios elementos, que son el territorio, la
población, la forma o sistema de gobierno que se adopte y la soberanía.
Los anteriores elementos son integradores, no se pueden dividir, separar
o segregar por una porción de la población en contra de otros o por
motivaciones de una determinada porción de la población; simple y
sencillamente, porque en un Estado todos sus pobladores tienen el derecho de
recibir y beneficiarse de todos los bienes y servicios, es decir, del
patrimonio del Estado.
Sin embargo, esto no ha sido la tónica de la historia de los pueblos en
el continente americano y de allí las grandes discusiones; que si los pueblos
originarios o indígenas son los que deben tener el derecho a todo, primero que
el resto de la población, ya que la tenencia, uso y provecho de la tierra o
territorio donde han vivido por años, siglos o desde que han existido, debe ser
para ellos.
Sobre esa base, algunos grupos comarcales presentan que el uso del
territorio debe ser exclusivo de ellos y para ellos, sin que el resto de los
compatriotas o población de un Estado al que pertenecen se beneficien, tengan,
obtengan y desarrollen los bienes que están en una determinada parte del
territorio de la patria, país, Nación o Estado donde hoy existen.
Lo indicado es tan cierto que, recientemente, en algunos territorios
comarcales se organizaron grupos de custodios, a la entrada y salida, que son
los que deciden quien entra. Y si alguien logra entrar, antes debe pagar un peaje,
es decir, un “tributo”, algo que solo por mandato constitucional lo puede
establecer el Estado por medio de ley. No respetar esto es inaceptable en un
estado de derecho.
Quizás lo que debieran hacer los compatriotas de las comarcas, una vez
solventen los errores, reparen los daños ocasionados y establezcan el orden en
armonía con el resto del país, es aprovechar la coyuntura de los proyectos que
se hagan en las tierras comarcales, para alcanzar el desarrollo en todo su
sentido, con la concurrencia de los elementos necesarios, que son los de tipo
económico, tecnológico y social. Esto se puede lograr y desarrollar de tres
maneras:
1. Con la inversión que el Estado haga en infraestructura adecuada, como
caminos, carreteras y calles; en plantas de acueductos y de disposición de
aguas servidas; en centros de salud completos con equipos, medicamentos
suficientes y desarrollo de planes de medicina preventiva; con la construcción
de escuelas adecuadas en las que se asignen a maestros y profesores preparados
y actualizados para educar a los niños y la juventud y, sin perder su
idiosincrasia, puedan integrarse a una educación igual a la que se le imparte
al resto de los educandos del país.
2. Con la inversión del sector privado para el suministro de
electricidad, telefonía, acceso a internet y a las tecnologías de información y
comunicación para la población comarcal en materia de educación, actividades
gubernamentales, administrativas, comarcales, comerciales y de producción.
3. Con la planeación y ejecución de programas de producción agrícola
sostenibles y sustentables, para consumo de la propia población comarcal, con
la producción orgánica de cultivos como, café y cacao, de flores y follajes
para el mercado de exportación, y la producción pecuaria de ganado caprino,
entre otros.
Somos una sola Nación en la que vivimos y convivimos los pueblos
originarios, los campesinos, la población provincial y los habitantes de las
ciudades que, con tolerancia, sensatez y consensos, hemos podido y podemos,
hacer que cada día tengamos un mejor Panamá.
Luis
Alberto Castrellón Oller
El Autor es Ciudadano y Docente