sábado, 12 de septiembre de 2015

Agua, el recurso más preciado


La Prensa / Opinión


ACCIÓN AMBIENTAL
Agua, el recurso más preciado: Luis Alberto Castrellón Oller

Luis Alberto Castrellón Oller | 06 sep. 2015 - 00:20h
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Las investigaciones de los expertos coinciden en que el agua cubre el 71 % de la superficie de la Tierra, que es la sustancia más abundante en el planeta y se encuentra en sus tres estados de agregación: líquido, sólido y gaseoso. Es un elemento fundamental para los seres vivos, pues ningún organismo sobreviviría sin ella. Los estudios indican que la mayor reserva está en los océanos. Estos contienen el 97% del agua salada que hay en la Tierra. El mínimo porcentaje que resta corresponde a agua dulce, pero no toda está disponible, pues gran parte permanece helada, en forma de casquetes polares y glaciares.


En el caso de los seres humanos, el agua es nuestro principal componente, pues al nacer tenemos 75 % de agua, y en la edad adulta, 65 %. Por esa razón no podemos prescindir de ella, moriríamos si pasamos entre cinco y seis días sin beber agua.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), “la demanda del agua se ha incrementado con el crecimiento de la población, y en las últimas décadas se ha multiplicado en las áreas agrícolas dependientes del riego para la producción de alimentos”.

A nuestro país se le llamó “Panamá la verde” porque teníamos vastos bosques y flora que producían precipitación pluvial y, con eso, nuestras quebradas, riachuelos y ríos tenían agua en abundancia. No obstante, en los últimos años, ciudadanos y extranjeros han deforestado los bosques, manglares y humedales para desarrollos comerciales, habitacionales, industriales, actividades agrícolas y ganaderas extensivas. Todo esto altera el equilibrio ambiental y genera sequías.

La FAO, en conjunto con la Anam (hoy Ministerio de Ambiente), han recogido estadísticas forestales que reflejan que la cobertura boscosa en diferentes períodos demuestra una destrucción anual que ronda las 20 mil hectáreas de bosques.

Las últimas administraciones no han establecido planes y programas intensivos para mitigar los efectos de las sequías; ni prepararon planes para enfrentar el cambio climático por el fenómeno de El Niño, y tampoco dotaron a la entidad encargada del suministro de agua de suficientes recursos económicos para el mantenimiento de los equipos, y para desarrollar programas de ahorro de agua dirigidos a la ciudadanía.

Ahora no basta con promover la reforestación. También debemos fomentar en las escuelas y comunidades la creación de viveros de árboles ornamentales, frutales y maderables; y plantarlos y mantenerlos como parte de una política del Estado encaminada a la reforestación y mejoramiento ambiental de manera ordenada.

Sobre la base de lo anterior, se podría repoblar el territorio nacional con especies nativas que permitan su cultivo adecuado y comercial en todo su ciclo; incentivar a las empresas para que, como parte de su responsabilidad social empresarial, desarrollen programas de reforestación y mantenimiento; concienciar a los niños y jóvenes acerca de la importancia de cuidar el patrimonio forestal, mantener el equilibrio ecológico y evitar la destrucción de los ecosistemas para tener bosques y agua abundante en el país.
 
Luis Alberto Castrellón Oller
EL AUTOR, es ciudadano y docente