La Prensa / Opinión
Domingo,
15 de febrero de 2015 SOCIEDAD
Consenso: Luis Alberto Castrellón
Oller Luis Alberto Castrellón Oller | 15 Feb 2015 - 00:02h
La palabra consenso, entre sus acepciones y
sentido sociológico, se define como la “aceptación, por parte de la mayoría de
los miembros de un grupo social, de determinadas normas o decisiones, y
adecuación de la conducta a ellas”.
Resulta que ese sentido lo hemos tenido desde
el inicio de esta nación y, como tremendo ejemplo, basta indicar que la bandera
del país tiene los cuadrantes azul y rojo, que representan los colores de los
partidos políticos de esa época, el Conservador y el Liberal; y el cuadrante de
color blanco representa la paz, que ha sido el máximo consenso logrado.
El Himno Nacional, en su parte pertinente
resalta la fraternidad lograda por los panameños al decir: “En tu suelo
cubierto de flores, a los besos del tibio terral, terminaron guerreros
fragores; solo reina el amor fraternal”.
En el siglo pasado, bajo el consenso
ciudadano nos unimos, dialogamos y presentamos soluciones para resolver los
siguientes aspectos: Las crisis electorales en la década de 1980; el desarrollo
social, en la década de 1990 con los Bambito I, II y III; y sobre nuestro
máximo patrimonio nacional, el Canal, también en la década de 1990, con los
Coronado I, II, III y IV.
Del año 2000 en adelante se instituyó la
concertación nacional como mecanismo y lugar en el que se plantean, tratan y
acuerdan diferentes aspectos a través de las mesas de concertación, por
ejemplo, la número tres sobre la educación.
En agosto de 2013 tuve la oportunidad de
presenciar en la referida mesa discusiones y acuerdos con relación a los temas
tratados por todos los participantes del sector educativo, excelente hecho. Sin
embargo, algunos gremios no hacían parte de esa concertación so pretexto de que
no comulgaban con las autoridades del Gobierno, algo que es lamentable.
Hoy cobra mayor importancia tratar dos
aspectos fundamentales para la nación, primero, con la reunión de todos los
sectores para lograr el consenso y contar con una Constitución moderna y
diseñada para que dure 100 años y más. De forma que, una vez concluida la revisión,
se convoque a una constituyente paralela.
Segundo, promover las denuncias contra todos
los actos de corrupción que se hayan cometido, de forma que sean investigados,
juzgados y condenados.
Este mal debe ser erradicado si queremos
preservar el país bajo la guía de la Marcha Panamá, que dice: “¡Panamá, la
patria mía, suelo grato, encantador!… ¡Sigue siendo libre, bella Panamá!”... y
añado yo: “para que no te empañen con males como la corrupción”.
Luis Alberto Castrellón Oller
El Autor es Ciudadano y Docente
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